En el ocaso de un año muy intenso, el sentimiento que me embarga es de profundo agradecimiento. Gracias, Liz por ser el contrapunto justo, el complemento ideal para sostener cada encuentro. Gracias a los que a través de distintos medios nos han seguido fieles, siempre con una palabra de aliento. Y por supuesto, un gracias enorme a cada una de las mujeres que han nutrido y enriquecido este taller.
Levanto la copa por un formidable 2017, y redoblo apuestas para que el próximo 2018 sea inolvidable...
Hasta el próximo café, cuento o encuentro,
Carmen
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